Humanidad.


Dime si te queda humanidad. No puedo verlo en tu mirada, ni en tus ojos, no puedo ver nada. Sólo te veo a ti, de pie, quieta, sin mover un solo músculo. No sonríes, pero tampoco lloras. ¿Qué te pasa? Nada. Absolutamente nada. Eso si puedo verlo. Tus labios, fruncidos, se abren como puertas y susurran. Me acerco un poco más. Ahora puedo sentirte. Puedo sentir tu nada. Nada. Siento un escalofrío. Siento tu frío cuerpo helandome una y otra vez, hasta que me congelo. Tus labios se abren como puertas una vez más, congelados, estremecidos. Humanidad. Lo que oigo. Lo que mis oídos me permiten escuchar. Lo que veo. Y te veo a ti, otra vez. El espejo es lo único que me permite verte tal y como eres. No sonríes, ni tampoco lloras, pero sé que algo va mal. ¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa? Llevas mucho tiempo apagada, dolida, destrozada, dime por qué...
Me retiro del espejo. Ya sé quién mató a quién. Dolor, tú mataste a mi humanidad. Ahora ya no me queda nada.

1 comentario:

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