Mentira.


Se despertó como cada mañana. Dolor de espalda, dolor de cabeza. Ducha, desayuno, bostezo, reloj.
El tiempo pasó más rápido que nunca. Un par de pastillas para el dolor y una improvisada sonrisa en el espejo. Una reluciente casa desordenada. Un mensaje de buenos días y una sonrisa más. El tic tac del reloj le machacaba los oídos. «Hora de irse», pensó. Notó el frío bajo su uniforme y sus ojos se entrecerraban. Su coche, reluciente, le esperaba unos centímetros más a delante de su casa. Canciones, palabras, horas. Una vieja radio que sonaba mejor que nunca. Unos mensajes que le hacían sentirse bien. Sonrisas. «Perfección».
El sol de la mañana comenzó a iluminar el lujoso edificio. «¿Lujoso?», pensó. Destrozado, viejo, sucio, irreconocible. Su corazón dio un vuelco, el vuelco de su vida. Ni miles de mensaje habrían conseguido dejarle aquella opresión en el pecho. Sólo esas cinco palabras le sacaron del margen de perfección en el que vivía, en el que había vivido.

«Tu vida es una mentira», leyó. 
«Perfección», pensó, y su maletín cayó al suelo.

5 comentarios:

  1. Me impresiona lo que simples palabras causan en mí. Las tuyas, realidad. Y perfección literaria<3

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    1. Me alegra mucho tener gente como tu en mi blog. De verdad te agradezco que valores mi trabajo! Besos!

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  2. Me ha encantado tu entrada, simple pero reflexiva. Sigue escribiendo asi de bien :) un saludo!

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  3. Wuuoooo!!!! *-*
    ¡Impresionante!


    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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